Finalmente, sólo me gustaría agregar un par de cosas que confirmé en este segundo taller:

1) La formación de los profesores encargados de impartir la asignatura dista mucho de lo ideal. Situación que se da por múltiples razones: re-aparición repentina de una asignatura como esta en el plan de estudios, falta de personal calificado para impartirla materia, cuestiones laborales, sindicales, etc. En resumen, la mayoría de los profesores carece de los conocimientos necesarios para impartir adecuadamente su materia.

2) Aun cuando los profesores tienen estas carencias, están dispuestos y de hecho consideran necesario contar con cursos y diplomados exclusivamente teóricos que ayuden a subsanar dichas carencias. Buena parte de ellos está en la mejor disposición para adquirir los conocimientos necesarios para impartir de manera digna una materia como ésta.

El último día resultó bastante satisfactorio. Luego de cubrir las actividades programadas se procedió a realizar un cierre general y una recuperación de las experiencias obtenidas en el taller. De nuevo se hizo énfasis en que esto no era un curso de lógica, sino una orientación que tenía como objetivo apoyar a los profesores. Sin embargo tanto los facilitadores como los profesores resaltaron también la importancia y la necesidad de contar con cursos y diplomados que fortalezcan la parte teórica.

Por nuestra parte, nos encargamos de proporcionar tanto bibliografía como materiales en PDF, presentaciones en Power Point, y ligas a sitios de interés con el fin de brindar ciertos apoyos adicionales a los profesores. Esto último fue muy bien recibido por los profesores que para entonces ya se sentían más tranquilos, incluyendo a aquellos que se mostraban tanto escépticos como críticos al inicio. Lo cual nos dejó a todos con un muy buen sabor de boca.

Como era de esperarse el tercer día fluyó de manera más natural. Las tensiones eran cada vez menores, y procurábamos que las participaciones no nos desviaran tanto del tema central. Para evitar esto, los facilitadores acordamos que en el caso de las actividades que me tocara coordinar, nos encargaríamos de llevarlas a término, y dedicaríamos un momento posterior a la resolución de dudas o a participaciones complementarias. Esto con el fin de cubrir un par de puntos que habían surgido el día anterior: 1) Tomar en cuenta la inconformidad de los profesores que consideraban que nos desviábamos del tema con participaciones más ‘generales’ o que no venían propiamente al caso, y 2) Dar su justo lugar a dichas dudas o participaciones que, por supuesto, también considerábamos legitimas.

En todo caso, nos pareció prudente separar ambos momentos con el fin de no entorpecer las actividades que debíamos cubrir. Lo cual funciono bastante bien, de manera que en adelante seguimos con esa dinámica. Sobre este día sólo quisiera agregar que tanto con las participaciones de Alejandro dirigiendo la comunidad de indagación, como con las de Jesús en cuanto a los contenidos del programa, se fueron despejando muchas de las dudas que se presentaron los primeros días. Lo mismo sucedió en el ámbito de los contenidos conforme avanzábamos y explicitábamos estos a partir de los ejercicios propuestos.

El segundo día de actividades también tuvo ciertos momentos en donde se cuestionaba la ausencia de contenidos, e incluso hubo un momento donde las participaciones tocaron un tema tan complejo como el de la ‘verdad’. Lo cual hizo que la dinámica se desviara un poco. Esto tuvo tanto sus puntos a favor como en contra. Por un lado, los profesores que mostraban cierto escepticismo se mostraron más participativos y flexibles al momento de revisar los ejercicios posteriores. Pero, por otro, aquellos profesores que carecían de los conocimientos previos para seguir dicha discusión se mostraron inconformes por el hecho de que aquella nos desviaba del tema y de los ejercicios que debíamos cubrir.

Ante esta situación tanto la participación de Alejandro como la de Jesús tuvieron como elemento central el hacer hincapié en que 1) Aun cuando lo quisiéramos, esto no era propiamente un curso de lógica, sino solamente una orientación en la materia que además estaba estrechamente vinculada con la dinámica de la comunidad de indagación, y 2) Todos los elementos que se tocaban tanto en la dinámica como en las explicaciones teóricas tenían estrecha relación con los contenidos del programa de estudios. De nuevo debo reconocer la gran capacidad de ambos facilitadores para explicar de manera clara y convincente este último punto.

Dicha participación aligeró un poco las tensiones y propició la integración y participación de los profesores en los ejercicios siguientes. Además de eso, los ejercicios posteriores contenían ciertos elementos teóricos más complejos, que fueron mostrados de manera explícita. Lo cual en cierta medida ayudo a disipar el reclamo anterior por la ausencia de dichos contenidos. Al final de la segunda jornada las tensiones existentes desde el día anterior eran notablemente menores.

Esta vez el taller se realizó en el salón de uno de los hoteles del centro (Finca del Minero), y no en las instalaciones de algún plantel educativo. Tuvimos la inauguración formal por parte de las autoridades correspondientes y posteriormente se llevaron a cabo las actividades planeadas. La Comunidad de indagación fue guiada por Alejandro y Jesús. De nuevo me sorprendieron por su gran dominio de dicha dinámica. Alejandro fue capaz de guiar la dinámica de manera que la comunidad nunca se le ‘salió de las manos’. Por otra parte Jesús se encargó de relacionar las actividades realizadas con lo contenido en el plan de estudios.

Me sorprendió, sobre todo, el gran carisma y desenvolvimiento que Jesús mostraba frente al grupo. Lo cual me hizo reflexionar sobre la carencia que tenemos, como estudiantes y profesores de filosofía, de elementos pedagógicos para impartir nuestras clases. Cosa que no es en absoluto desdeñable, sobre todo tomando en cuenta que la mayoría de nosotros en alguna ocasión nos hemos enfrentado, o nos enfrentaremos, a la docencia.

Sobre el grupo puedo decir de nuevo que resultó ser heterogéneo en lo que respecta a los perfiles de los profesores. Teníamos un abanico de profesiones entre abogados, psicólogos, administradores, y hasta un médico cirujano. A diferencia del grupo de profesores en Guerrero, en éste sí había un par de ellos con formación previa en filosofía. En lo que respecta a la interacción con el grupo, el primer día de nuevo se presentaron algunas tensiones luego de la Comunidad de indagación.

Noté, por un lado, cierto escepticismo por parte de algunos profesores sobre el método que seguíamos; y, por otro, cierto reclamo sobre la ausencia de contenidos teóricos en los materiales. Curiosamente dicho reclamo venía de parte de uno de los profesores con formación filosófica previa, y de un par más que –de esto me enteré más tarde- resultaron ser líderes sindicales. Ante esta situación pedimos un poco de paciencia con el fin de poder avanzar para que dichas dudas se disiparan sobre la marcha de las actividades.

El día previo al taller tuvimos una reunión preparatoria con mi compañero, Alejandro de la Cueva Murillo, en la que acordamos la organización de nuestras intervenciones durante el taller. Además de eso me informó que contaríamos con el apoyo de otro profesor, Jesús Francisco González Lozano, quien contaba con experiencia sobre todo en lo que toca a la revisión del programa de estudios y a las ECAs. Entre otras cosas, llegamos al acuerdo de que mi participación no se diera de manera aislada, como estaba contemplado en el cronograma, sino que se fuera dando sobre la marcha para aclarar los conceptos o dudas que fueran surgiendo.

Debo decir que tuve muy buena impresión de mis dos compañeros. Ambos están muy comprometidos con su trabajo y tienen un gran conocimiento de la historia de su entidad, de la cual además se muestran muy orgullosos. Como dato extra cabe mencionar que ambos asistieron al Seminario -aunque ninguno de los dos terminó dichos estudios-, lo cual les hace poseer una formación sólida en ciertas áreas de la filosofía.

Fechas: 1 al 4 de octubre de 2013.

Sede: Salón César, Hotel ‘Finca del Minero’, Matamoros 212, Col. Centro, Zacatecas, Zacatecas.

Instructores Acompañantes: Alejandro de la Cueva Murillo, Jesús Francisco González Lozano.

Cantidad de profesores: Tuvimos una asistencia de aproximadamente 40 profesores.