Lo que viene

Tengo la impresión de que he estado malentendiendo la finalidad de estos blogs durante todo este tiempo. Así que me tomaré unas horas para cambiar de tono y escribir unas impresiones de viaje más a la manera de Ibargüengoitia y menos a la manera de burócrata fastidiado.

¡Salud!

Primera sesión

León, a la expectativa

Llegué a León la noche del 16 de septiembre dos horas después de lo previsto. Apenas me hube instalado en el Hotel Real de Minas, donde habría de tener lugar el taller, dieron las nueve de la noche. Me contacté con Norma, mi compañera en el taller, para saber si podríamos hacer un ajuste en el horario de nuestra cita, pero fue imposible. Era ya demasiado tarde. Tendríamos que esperar a la mañana del siguiente día para conocernos y acordar los pormenores de la organización del taller. Tenía, pues, la noche libre.

 

Primer día de trabajo

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Inicio el día preparándome para mi entrevista con Norma. Para este momento ya hemos intercambiado algunos correos. Sé que es egresada de la licenciatura en economía de la UNAM, que ha trabajado de cerca en el desarrollo del programa de lógica, que ha impartido talleres encaminados a aplicar la comunidad de indagación en Guanajuato y en el DF (¡estuvo entre nosotros en los talleres de julio!), que imparte diversas materias desde economía, ciencia y tecnología hasta lógica y matemáticas.

Tengo algunas preguntas sobre cómo es que debo integrar mi participación a la dinámica general de las comunidades de indagación y a las actividades de cada día. También quisiera saber cuántas personas esperamos, cuál es su formación profesional, cuántos de ellos están familiarizados con el modelo pedagógico, cuántos conocen el plan de estudios y cuáles son sus expectativas de este taller. Quisiera figurar una estrategia de trabajo antes de comenzar con el taller…

Veo a Norma Ladrón de Guevara en el lobby del hotel a las 8:00 a.m., una hora antes de la primera sesión del taller. Ella es muy cordial y conoce su oficio. El plan está trazado: nos apegaremos al cronograma de actividades, ella guiará la comunidad de indagación y será la responsable de explicar el enfoque y la estructura del plan de estudios; yo soy “el experto”, mi participación será después de que se hayan involucrado en la discusión de los ejercicios preparados para la ocasión, seré el encargado de hacer clarificaciones por medio de la explicación o profundización de conceptos. Sé que no soportaría estar sin hacer nada esperando el momento de mi intervención, así que sugiero integrarme a la comunidad en el entretanto. Así fue.

Nueve de la mañana en el Salón Gobernador II del Real de Minas. Nos reciben las hojas de registro. El lugar es muy amplio y está muy bien iluminado, contamos con una laptop, un cañón y equipo de sonido. Nueve mesas circulares con unas siete sillas cada una sugieren que vendrán bastantes profesores. Se esperaban entre cincuenta y sesenta. Algunos ya esperan pacientemente a que comience la sesión. Esperamos un poco mientras termina el registro. Finalmente, contamos solamente con 40 profesores.
Rosario, representante de la COSDAC, hace la presentación el taller y éste queda oficialmente inaugurado. Nos ponemos en mangas de camisa y comenzamos la sesión.

La primera actividad del taller fue reunirnos para presentarnos. Me sorprendió la diversidad de profesores: los había de muy diversas formaciones (psicología, derecho, administración, economía, trabajo social, pedagogía, ingeniería, turismo, trabajo social), aunque ningún filósofo, y muchos de ellos cuentan con estudios profesionales en el área de educación; todos provenían de planteles o bien del CECyTEG o bien del DGETI de diversas localidades del estado de Guanajuato (Ocampo, Silao, Cuerámaro, León, San Francisco del Rincón) e imparten una amplia gama de materias (TICs, sociedad y valores, talle de lectura y redacción, ciencia y tecnología, higiene y seguridad en las empresas, administración de la calidad, desarrollo de habilidades creativas) además de lógica.

Después de esto, se formaron equipos de trabajo y se comenzó con la lectura grupal del texto del aprendizaje 1. Una vez hecho esto, se procedió a presentar preguntas individuales generadas a partir de la lectura del texto. Posteriormente, se decidió de manera grupal qué pregunta resultaba más interesante, se evaluaron las razones que cada uno de sus integrantes tiene para apoyar su preferencia individual y se llegó a un acuerdo.

 

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Sí, seguimos el proceso de las comunidades de indagación all the way down. El mismo proceso que nos presentaron en el meta-curso de formación de profesores en las instalaciones de la SEP en julio de este año.

He aquí las preguntas que fueron puestas a discusión plenaria:

1. ¿Qué tan importante es ir a la escuela?
2. ¿Qué razones tienen los alumnos de bachillerato para ir a la escuela?
3. ¿Expresando razones siempre se aclaran dudas?
4. ¿Los alumnos entienden el sentido de la razón y las preguntas?
5. ¿Qué tan importante es mostrarle a alguien que está equivocado cuando se está en una discusión argumentada?
6. ¿Siempre se dan razones para todo lo que se cree?

Mientras este proceso se desarrollaba yo me integré a un grupo como un miembro más de la comunidad. Sin embargo, mi participación fue más bien pobre. Mi interés estaba puesto en tomar nota de las dudas e intereses que los profesores expresaban mientras dialogaban, hacer un diagnóstico de sus desacuerdos y pensar en estrategias para presentar los elementos conceptuales necesarios para aclarar algunas confusiones.

Una vez terminado esta actividad, los profesores en su conjunto se decidieron por una pregunta y se inició el debate. Tuvo lugar una discusión sobre si era lo mismo razón que razones, cuál es la finalidad de dar razones y cuál es la relación entre razonamiento y verdad. Yo seguía preparando los elementos para mi intervención.

Finalmente, respetando los tiempos, se recuperó la experiencia con la finalidad de que los participantes fueran conscientes de los procedimientos en que se habían visto involucrados. Estos son los resultados:

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La participación del filósofo

 

¡Ah, la filosofía! ¡Qué conocimiento tan depurado! Ahora ya nada se depura…
Lula, participante del taller

 

A lo largo de las participaciones de los profesores durante las actividades que dirigió Norma surgieron muchos conceptos que requerían que hiciéramos un alto en ellos para darles la importancia que merecen. Verdad, necesidad, validez, contingencia, independencia lógica, argumento, razones, falacia. Surgieron también una serie de preguntas generales muy interesantes desde el punto de vista de la filosofía: ¿es la verdad relativa?, ¿qué es el significado?, ¿cuándo algo cuenta como una buena explicación?, ¿hay principios racionales?, ¿cuáles son los usos de la argumentación?, ¿qué hace distintivo al convencimiento racional?, ¿qué es una definición adecuada?, ¿hay diferentes formas igualmente correctas de definir un argumento?, ¿hay tipos de razones?

Por supuesto, cada uno de estos conceptos y de estas preguntas es susceptible de recibir un tratamiento muy meticuloso y mucha teoría y argumentos filosóficos tendrían que ser invocados, lo cual se traduce en mucho tiempo de trabajo. Mi decisión fue profundizar en el entendimiento de estos conceptos y decir algo sobre las preguntas en la medida en que fueran útiles para resolver sus desacuerdos, para tomar decisiones sobre si una línea de pensamiento debía ser seguida o no.