Primera Jornada: Escepticismo y reticencia.

Habiendo llegado al colegio que me había sido asignado para colaborar (del 10 al 13 de Septiembre) en la formación en la materia de Lógica de profesores de bachillerato tecnológico junto con mi compañero tallerista, un ingeniero agrónomo que ha impartido clases cerca de 30 años, pude observar que la información expresada por éste en el correo de contacto sobre la zona en que se ubicada dicha institución académica no había sido exagerada: el Cbtis 99 se encuentra en una zona marginada al sur de Monterrey. “¡Por la virgen de todos los apachurrados! ¿A qué sitio abandonado por las leyes y las divinidades –pensé– me han enviado?” La escuela era bastante amplia, aunque con no más de cinco modestos edificios, grandes explanadas y rodeada por dos bardas, una exterior conformada por ladrillos y barrotes y otra interior hecha de alambre, que amurallaban todo el plantel de los ingentes males que pululaban a su derredor. El taller de formación en lógica se realizó los cuatro días en un aula casi escondida del edificio más alejado de la entrada del colegio, un aula bastante pequeña para contener a los cerca de 60 profesores de Cetis y Cbtis venidos de distintos municipios de Nuevo León.

Comenzando la comunidad de indagación en Monterrey.

Comenzando la comunidad de indagación en Monterrey.

La ceremonia de inauguración se llevó a cabo de una forma solemne y ordenada, y contando con la presencia de las autoridades de la escuela, así como representantes de los subsistemas de enseñanza del estado. Postrer a la salida de dichos individuos del salón, se dio inicio a la comunidad de indagación. Yo me encontraba bastante nervioso y amedrentado, debo confesar, pues el taller se conformaba por profesionistas que impartían desde la materia de Física hasta la de Educación Física, pasando por ingenieros de toda clase, psicólogos, pedagogos, humanistas, filósofos e incluso se encontraba entre ellos el representante de la academia de lógica local. Algunos de ellos con estudios de posgrado. “¡Válgame –reflexionaba durante la inauguración–, espero que no me subestimen demasiado por mi evidente juventud y mi profunda ignorancia!”

Profesores capturando sus respuestas.

Profesores capturando sus respuestas.

Durante esta primera jornada, pude percatarme claramente del escepticismo a la metodología de la comunidad de indagación por parte de la mayoría de los profesores, pues habiendo dado lectura al ‘Aprendizaje 1’ y al ‘Plan de discusión 1’, el reproche, el cual ya se veía venir por parte de nosotros los facilitadores, fue que no les estábamos proporcionando, desde un inicio, marco conceptual alguno que les permitiera realizar una discusión adecuada sobre las distintas acepciones de la palabra razón.

A pesar de ello, la discusión y el diálogo permitió que se formara una pregunta surgida del texto:

  • ¿Por qué cada acción que realizas debe tener una razón?

Tras una aclaración sobre la distinción entre el campo de estudio de la Lógica y el campo de estudio de la Ética hecha por mi, los profesores en conjunto decidieron realizar un matiz, quedando la pregunta de la siguiente manera:

  • ¿Por qué cada acción que realizas puede tener una razón?

No obstante, aunque existía un diálogo por parte de todos los profesores , los filósofos que eran parte del taller, mostraron durante el primer día, no sólo un gran escepticismo sino una profunda reticencia al método y al contenido de la comunidad de indagación, iniciando el desorden en unos casos, a la divagación en otros, y la apatía gran parte del tiempo. De esta manera, llegué a escuchar por parte de uno de los filósofos, el de mayor edad en todo el taller, que éste era una verdadera estupidez y una franca inutilidad, pues cómo nos atrevíamos a iniciar la discusión sin ofrecer antes una noción clara de conceptos. Así, sólo una pequeña parte de los profesores se dieron la oportunidad de participar libremente durante esta primera jornada, llevando a cabo el ‘Ejercicio I’ y el ‘Ejercicio II’, permitiendo de esta manera llegar a una conceptualización más clara para la distinción entre la palabra razón como una facultad del entendimiento y razón como forma de fundamentar un argumento. De la misma manera, los ejercicios me permitieron ofrecerle a los profesores conceptos sobre las emisiones constatativas, realizativas y centrarme en el análisis de argumentos: la distinción entre premisa, conectivo lógico y conclusión.

Los miembros de la comunidad realizando actividades en equipo.

Los miembros de la comunidad realizando actividades en equipo.

Finalmente, durante la recuperación de la experiencia de este primer día, se hicieron patentes todo tipo de comentarios y dudas sobre la metodología, el contenido de los materiales ofrecidos, la búsqueda de conceptualización por parte de todos los miembros y los objetivos a cumplir durante el taller aún con desconfianza y escepticismo, no obstante, puedo permitirme decir que flotó en el ambiente del aula cierto halo de esperanza que nos invadió a todos.

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