Tercera Jornada: Las dos sorpresas.

Se inicia la tercera jornada de la comunidad de indagación en el Cbtis 99 con una pequeña recuperación de la experiencia, retomando los temas vistos el día anterior, como son los tipos de emisiones, los tipos de actos de habla y el análisis de argumentos. Asimismo, ya no fue causa de asombro por parte de mi compañero tallerista y mío que no haya habido ningún reproche a la forma de trabajar en una comunidad de indagación por parte de ninguno de los profesores, pues incluso los filósofos, que tan escépticos y apáticos estaban el primer día y aún un poco el segundo, incluso ahora se atreven a participar de una manera propositiva, empero, aun manteniéndose un poco a la expectativa al momento de realizar actividades mucho más inherentes a la materia de Lógica.

Profundizando.

Profundizando.

Después continúo con el ‘Ejercicio I’ del  ‘Aprendizaje 2’. Los miembros del taller se encuentran divididos en equipos y analizan cada uno de los argumentos, distinguiendo premisas, conectivos lógicos y conclusiones, pero del que surgen las dudas sobre la verdad y la falsedad en Lógica, lo que permitió abordar conceptos como validez y juicio. Así, los equipos leen los argumentos asignados y se inicia la discusión sobre si se ha hecho un análisis del argumento adecuado. Una vez comprendido el análisis de argumentos y los elementos que contiene, pasamos a la identificación de las premisas suprimidas o entimemas del ‘Ejercicio II’, por el que un miembro de cada equipo pasa al ordenador de escritorio asignado en el aula a transcribir el argumento completo y se evalúa en grupo cada ejercicio. Esta actividad permite la participación de gran parte de los profesores, no obstante, hay aún algunos que, si bien participan activamente en equipo, aún se abstienen de hacerlo al momento de la actividad grupal. Observando esto, procuré disimuladamente su participación preguntándoles sus respuestas en el ‘Ejercicio III’ y el ‘Ejercicio IV’ del ‘Aprendizaje 2’, donde de igual forma debían discernir las premisas supuestas en las argumentaciones. De forma sorpresiva para mi, aunque no tanta, estos profesores participaron de manera bastante activa y muy poco reticente. Eso me pareció un buen logro de la tercera jornada.

Detallando.

Detallando.

Posteriormente, mi compañero tallerista facilitó el ‘Aprendizaje 3’, el cual, para hacerlo más dinámico, se realizó de una forma actuada o teatralizada, en donde tres profesores y una maestra leían respectivamente, frente al aula, los diálogos de José, Rey, Francisco y Ana. Estando en equipos nuevamente, se le asignó a cada uno, una pregunta del ‘Plan de discusión 1’ para después plasmarla junto con su respuesta en un papel rotafolio y exponerlo. Los rotafolios hechos durante la segunda jornada continuaban pegados en los muros del salón, así que como siameses, los rotafolios de esta tercera jornada fueron colocados a su lado. Se expusieron los rotafolios y se inició la discusión entre todos. En esta actividad los profesores que han impartido clases de español, redacción, comprensión de lectura, etc., fueron los que participaron más activamente. Así, con los ejercicios de este aprendizaje, la comunidad de indagación pudo distinguir las presunciones e intenciones en la interacción argumentativa, pues con las viñetas de Mafalda, los profesores detectaron mucho más fácilmente la presunción de verdad, de entendimiento y de valor.

Trabajando.

Trabajando.

Finalmente, durante la recuperación de le experiencia, se expresó por todos los miembros, que el trabajo en el taller se había realizado de una manera mucho más amena y fluida, a causa de la excelente disposición que mostraron durante esta tercera jornada. Incluso, uno de los filósofos que más reticencia y escepticismo había mostrado durante los primeros dos días del taller y sobre todo a la metodología de la comunidad de indagación expresó que –¡para mi sorpresa!– indudablemente había habido un gran avance en las dinámicas, en el contenido y en el marco conceptual en todos los profesores. Cierta alegría y satisfacción –debo confesar– me invadieron en ese momento. Algo se había hecho bien como para que el más apático y desordenado de los profesores expresara su complacencia y beneplácito a la ‘forma’ y al ‘fondo’ del taller.

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