Comenzamos el tercer día del taller con el ejercicio III del Aprendizaje 2; gracias al esfuerzo de toda la comunidad, íbamos en tiempo, como es marcado por el cronograma. Como mencioné acerca del día anterior, los maestros ya mostraban cierto dominio de los conceptos ejercitados en tal Aprendizaje — los componentes de un argumento — y pudimos pasar por el ejercicio III con algo de esfuerzo, pero de manera satisfactoria.
Cerramos el Aprendizaje 2 con el poema de Benedetti, donde se mostró claramente que los/as profesores habían comprendido los conceptos — lograron rápidamente extraer las premisas y conclusiones del argumento sugerido por el poema, quedando así:
Premisa 1: Tú eres mi utopía
Premisa 2: Tú existes
/ Por lo tanto: Mi utopía existe
Pasamos entonces al Aprendizaje 3, cuando leímos el texto-estímulo. Decidimos guiar una discusión con base en el Plan de discusión 1, buscando que los profesores dieran respuestas que sintetizaran otras respuestas posibles a las preguntas ofrecidas en tal plan — por ejemplo, a las preguntas ¿Cuándo algo está «mal dicho»? y ¿En qué situación algo “mal dicho” no puede ser entendido?.
Las/os profesores se mostraron entusiasmadas/os con la discusión, pero solían enfocarla mucho en cuestiones en el salón de clase — sobre todo, al brindar ejemplos de los conceptos que tenían en mente tomados del salón. Ésto es, por supuesto, bienvenido, porque ayuda a afianzar los conceptos al hacerlos significativos — relacionándolos con la experiencia profesional y de vida–, pero también dificulta que logremos avanzar hacia la abstracción y afianzamiento de los contenidos. Nos vimos en el dilema de invitar a los profesores a generalizar desde sus ejemplos para afianzar los conceptos –lo cual puede contraponerse a la comunidad de indagación, pero al mismo tiempo también a reforzar los contenidos conceptuales, que los profes tanto nos urgían en remarcar–, o a dejar que persistieran en dar sus ejemplos. Afortunadamente, pudimos manejar hacia un término medio, y los profesores lograron consolidar, en comunidad, respuestas a las preguntas tanto del Plan de discusión 1 como a varias del 2.
Pasamos al ejercicio I, que los profesores encontraron muy fácil de realizar. Luego siguió el ejercicio II.1, donde se entrenó el contenido procedimental de distinguir las intenciones argumentativas de un dialogante. Para el ejercicio II.2 debíamos entrenar los contenidos conceptuales de las varias presunciones del lenguaje. Lo hicimos primero aclarando, en comunidad, el concepto de presunción como asunción o supuesto, y después leyendo las definiciones ofrecidas en el Aprendizaje. Buscamos ejemplos de tales presunciones, y los profesores tuvieron a bien el ofrecerlos, y el decir en qué casos se rompía qué presunción.
Hubo entonces una breve interrupción para considerar un libro de lógica diseñado especialmente para el enfoque por competencias. Ésto debido a que la discusión del día anterior con respecto a la bibliografía llevó a que los profes compartieran los libros que usaban en sus clases; y surgió que el libro Lógica, de la editorial BookMart en México, parecía estar bien tanto en su aspecto enfocado a competencias, como en sus contenidos conceptuales. Carlos Béjar y yo lo revisamos con cierta premura, y una maestra tuvo a bien contactar al promotor de BookMart para la zona que incluye a Querétaro. El libro fue presentado y los maestros guardaron el contacto con el promotor, ello también ayudó a que sintieran algo más de seguridad con respecto a la triste pero evidente falta de bibliografía para la impartición de Lógica a nivel bachillerato, con el enfoque por competencias, y enfocado al bachillerato tecnológico-industrial-agropecuario.
Después comenzamos los ejercicios de II.2, guiados por Carlos Béjar. Varias de las imágenes ofrecidas (especialmente las del inciso A y B), a mi parecer, son tan abiertas a la interpretación que distraen demasiado la atención, en vez de provocar discusión alrededor de los contenidos conceptuales y procedimentales. La comunidad, sí, buscó comprender lo que sucedía en cada imagen; pero en primera no era claro que hubiera una argumentación en cada una de ellas, y mucho menos con qué intenciones tales supuestas argumentaciones eran hechas. Lo abierto a interpretación de estas imágenes provocaba más pérdida de tiempo que ejercicio conceptual. Afortunadamente los incisos C, D y E eran algo más claros; pero incluso con el inciso E no quedaba claro que hubiera alguna interacción argumentativa.
Algo parecido pasó con el caso del ejercicio III, inciso II.3 (sic), donde no parecía haber argumentación alguna. Si acaso, algo forzadamente, podríamos creer que el tío le argumenta al sobrino que «Para vivir con alguien tienes que saber qué problemas te puede dar», basado en las razones de que «Nadie es perfecto» y que «Si aceptas esos problemas te llevarás bien», quizá con alguna premisa implícita. Pero ese inciso como tal tenía poco qué exprimirle, por así decir, por el lado argumentativo; así que varios consideramos un error el haberlo incluido. Sin embargo, afortunadamente, los maestros lograron reconocer varios de éstos puntos por sí mismos, y pudieron entrenar los contenidos apropiados. Así finalizamos el tercer día.