Condiciones totalmente nuevas.

En esta ocasión, habiéndome trasladado a la capital del estado de Jalisco, Guadalajara, el taller de formador de profesores de Lógica se llevó a cabo en condiciones totalmente nuevas para mí y para mi compañera tallerista: no habría escuela sede. Así pues, el taller se impartió en el Hotel Posada Guadalajara, ubicado en una zona muy bonita de dicho estado. Asimismo, la cantidad de profesores no sólo fue alta, cerca de 75 profesores, sino que no sólo eran de Jalisco y sus alrededores, sino que provenían de distintos estados de la República que colindaban con susodicho estado: Zacatecas, Colima, Aguascalientes, Querétaro, San Luis Potosí, Guanajuato, Michoacán y Nayarit. Como siempre, la gama de profesiones incluía a bastantes abogados, ingenieros, psicólogos, etc., los cuales en su mayoría ya habían participado en comunidades de indagación recientemente –¿para qué se gastan tantos recursos en maestros que ya habían tomado el taller?–, e incluso, algunos habían podido ser facilitadores en algunos talleres. El hecho de que unos impartieran la clase de Lógica me ayudó bastante para la realización y clarificación de ejemplos.

Problematizando por equipo.

Problematizando por equipo.

Sabiendo la cantidad de profesores que asistirían al taller, mi compañera tallerista muy acertadamente considero que lo mejor sería dividir a los profesores y realizar dos comunidades distintas. Esto sería también una condición abrumadoramente nueva para ambos, pues tendríamos que tomar el rol de facilitadores y de filósofos simultáneamente, papel que sería bastante más complicado pero que, indudablemente, terminó siendo bastante más satisfactorio.

Transcribiendo sus preguntas.

Transcribiendo sus preguntas.

En la Ceremonia de Inauguración se respiraba (y transpiraba) solemnidad y seriedad por el inicio de este taller. Los jerarcas y directivos del subsistema de educación se encontraban presentes. Fue el propio dirigente del subsistema del estado de Jalisco el que ofreció las palabras de bienvenida y el discurso protocolar. Nosotros los facilitadores nos limitamos a decir algunas palabras, siendo breves y sucintos, agradeciendo la participación de los profesores y no recuerdo qué más cosas. Antes de terminar la formalísima ceremonia, dividimos a los profesores en dos grupos, conformando así dos comunidades de 35 profesores aproximadamente. Cada facilitador eligió un salón del hotel y se dirigió, cual pastor con sus ovejas, con su grupo asignado.

Haciendo los ejercicios en equipo.

Haciendo los ejercicios en equipo.

De esta manera, inicié el taller deshaciéndome de las mesas con mantel verde que había en el salón (Diamante o Esmeralda, no recuerdo con precisión cuál me tocó) y solicitándole a los profesores que se sentaran en una circulo en el centro. Considero que eso permite una mayor interacción y permite imbuirse más en el espíritu de la comunidad de indagación. Realizamos la respectiva presentación de quién demonios éramos y que jodidos hacíamos allí (protocolo y más protocolo). Postrer a que todos los profesores ofrecieran reglas para mantener el orden en el taller, inicié la lectura del Aprendizaje I. Después, divididos en equipos se comenzó la problematización. Los profesores inicialmente se preocuparon por cuestionarse conceptos de Lógica, como validez y razón, y la discusión permitió llegar al punto de que no todo lo que se hace o se dice requiere argumentos, lo cual es en lo que se centró la pregunta conformada en comunidad. Debido a la premura de tiempo, que el taller debiera ser impartido en tres días en lugar de cuatro, procuré que se hicieran la mayor parte de los incisos de este aprendizaje, (previamente seleccionados con mi compañera tallerista) llegando al Ejercicio IV antes de la comida, la cual iniciaría a las 2:30, objetivo que pude cumplir sin prescindir, afortunadamente, del marco conceptual necesario para la comprensión de las actividades.

La comunidad en equipo.

La comunidad en equipo.

Postrer a la hora de la comida, que consistió en un buffet agradable al paladar, prescindí de algunos ejercicios y me centré en la realización del Ejercicio VI, el cual, consistía en la utilización de papeles rotafolios y dibujos para la distinción de enunciados constatativos, realizativos, así como de los actos locucionarios, ilucionarios y perlucionarios. Esta actividad siempre permite la relajación de los miembros de la comunidad (si es que hay cierta tensión, aunque en esta comunidad nunca la hubo mientras fui el facilitador).

Dibujando y comprendiendo.

Dibujando y comprendiendo.

Así pues, en vista de que el tiempo en días era reducido, pero no en horas (los talleres iniciarían a las 9:00 am y acabarían a las 8:00 pm), me salté la lectura del Aprendizaje II y me dirigí directamente a los ejercicios. Los profesores, en vista de que ya impartían la clase de Lógica y a que ya habían estado presentes en la impartición de este taller en otros estados, no tuvieron el menor problema en el análisis y la realización de los ejercicios de este aprendizaje.

Aprehendiendo conceptos lúdicamente.

Aprehendiendo conceptos lúdicamente.

Terminé la comunidad que me había tocado este primer día con una actividad bastante lúdica y que provoca mucha relajación: estando en parejas, los profesores se dan un masaje mutuamente. Descansan y se pierden el asco, sin duda.

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